Marcel Kemadjou. (Camerún). Nació en Duala en 1970, ciudad en la cual actualmente vive y trabaja. Es mercero de profesión, tiene su local en el mercado popular de Mboppi en Douala; Coordinador de la asociación Libro Abierto y del Festival Internacional de Poesía 3V, desde 2007 reúne anualmente a poetas, artistas visuales y músicos sobre un mismo escenario de encuentros e intercambios. Habla y escribe el Medumba, el francés, el inglés y el español. Igualmente ejerce como traductor literario. Publicó varios libros de poesía, tanto individualmente como en antologías. También es cronista y participó en numerosos festivales en África y América Latina.
Traducción por Soraya Mendía Gutiérrez
Diez
palabras para cantar los orígenes
(fragmento)
3
He aquí el momento de aceptar la ofrenda de la fuente. Es feliz de
brotar al canto de la codorniz. La hierba muerta acepta la inmovilización de
los pasos en un susurro monótono. Las ramas del árbol están cargadas de agua
que bajan para regar los rostros del rocío.
Y el poeta llega en el centro del bosque sagrado. Hay un árbol. Un
árbol que el cielo pide prestado para descender sobre la tierra; un árbol del
que la tierra se sirve para lanzarse sobre la cama del cielo. El poeta ofrece
el aceite que lubrica a los mundos y les permite bailar, él ofrece el vino que
abre los ojos que se encuentran detrás la cabeza y se entera de que la fuente
es la puerta que se vincula entre los dos mundos.
La mañana abre el ojo congelado por los ritos. Una puerta se abrió
por donde el sol se ofrecía a la tierra y el poeta no puede impedirse el ofrecer
a su vez su primera sonrisa a cambio del rayo de alegría que su corazón acaba
de aclamar.
Queda recorrer el valle de dioses, el jugar donde las mariposas
robaron a las flores los secretos de su belleza para empapar sus alas. El agua
desciende de la montaña con murmullos graciosos. La fuente es la mensajera de
los silencios que se hacen palabra, la mensajera de las palabras mudas que se
hacen canto.
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